Sin lugar a dudas, acabar el pago del préstamo hipotecario es un descanso. No obstante, cuando estamos a punto de pagar la última de las cuotas, empiezan a surgir dudas, la más habitual, ¿y qué ocurre a continuación?
De este tema es del que vamos a hablar hoy en nuestro blog, y, si cuando acabes de leer este artículo aún te quedan dudas, te invitamos a que contactes con nosotros y nos preguntes lo que necesites saber.
¿Qué es un préstamo hipotecario?
Según el Banco de España, un préstamo hipotecario es un préstamo que concede el banco a una persona a cambio de que esa persona lo devuelva con intereses derivados. El pago se hará a través de cuotas mensuales, y, como garantía queda el inmueble al que se adscribe la hipoteca.
En este tipo de préstamo podemos encontrar dos elementos básicos: el primero es el contrato, donde se reflejan todas las condiciones en las que se concede, así como las obligaciones que adquiere quien lo recibe. También se detallan los plazos, cantidad de las cuotas y la forma en la que se amortizará. El segundo de los elementos es la garantía: esto implica que si se produce impago, el banco puede quedarse con el inmueble sobre el que recae la hipoteca.
El fin de la hipoteca
Lo cierto es que para todas las familias acabar de pagar un préstamo hipotecario supone no solo un descanso por estar pagando una deuda durante muchos años, sino también un alivio económico que se nota mucho a final de mes.
Sin embargo, tras el abono de la última cuota es necesario llevar a cabo algunos trámites, ya que de otra forma, no se podrá registrar correctamente la cancelación de la misma.
¿Qué trámites hay que realizar a continuación?
Una vez que los hayamos realizado, y solo entonces, la vivienda ya no tendrá ningún tipo de cargas. Eso sí, hay dos opciones, o tramitamos nosotros mismos la cancelación o esperamos a que sea el Registro de la Propiedad quien elimine la deuda 20 años después de la cancelación.
La segunda opción hará que en el caso de querer vender el inmueble, aparezca que hay un préstamo hipotecario sobre él, caso en el que habría que solicitar rápidamente la cancelación.
Este proceso, si bien no es complicado, sí requiere tiempo y dinero. Lo primero que hay que hacer es ir al Registro de la Propiedad con las escrituras para inscribir la cancelación y levantar la hipoteca.
Paso 1: Certificado de deuda cero
Este es un certificado que debemos solicitar a nuestro banco para demostrar que la hipoteca ya está pagada. Importante: la entidad bancaria debe emitir este documento sin coste para ti.
Paso 2: Solicitud notarial de la escritura de cancelación
Para ello acudiremos al Notario, que es quien la realiza. En la correspondiente delegación de Hacienda deberemos cumplimentar el formulario IAJD 600, es decir, el que corresponde al Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados. Este formulario, una vez relleno, lo llevaremos a la notaría. Allí mismo el Notario nos dará la escritura correspondiente y rubricada por el apoderado de la entidad bancaria, claro, una vez que los honorarios notariales se hayan satisfecho.
Paso 3: Registro de la Propiedad
Por último, deberemos volver de nuevo al Registro de la Propiedad que nos corresponda para entregar allí tanto la escritura del Notario como el documento que acredita el pago del impuesto. Acto seguido, en la oficina se inscribirá la cancelación y la carga quedará levantada, lo que indica que la hipoteca, oficialmente, se ha cancelado.
Igualmente, la deuda que contrajimos con el banco queda saldada.
Es conveniente saber que este trámite se puede realizar utilizando los servicios de profesionales, aunque también los puede llevar a cabo el interesado. Además, si al préstamo hipotecario hay vinculados otros productos, como tarjetas o algún seguro, habrá que decidir si cancelar o no dichos productos bancarios.
Esperamos que te haya sido de utilidad este artículo. No obstante, si te quedan dudas de algún tipo, contacta con nosotros y te las resolveremos todas en nuestro despacho de procuradores de Galicia.
Te esperamos.
